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JH Vaielej-1 FF

Por. Rav Iehuda Levi

Parashat Vaiélej = “Y fue”

Devarim (Deuteronomio) 31:1-30

Comentario de la Parashá

"Problemas sin sufrir"

Dios le reveló a Moshé Rabenu (Moisés Maestro) y a su alumno y continuador Iehoshua (Josué), una síntesis de lo que ocurrió con nuestro pueblo a lo largo de su historia, También lo que ocurriría en el futuro:

 

(31:16-17). "Le dijo Dios a Moshé: He aquí que tu reposarás con tus antepasados, y se levantará este pueblo y se prostituirá en pos de los dioses de los extraños de la tierra - que él irá allí en medio de ellos - y Me abandonará y romperá Mi pacto que he concertado con él. Y Me enojaré con él en ese día, y los abandonaré, y ocultaré Mi rostro de ellos y se convertirá en presa, y los encontrarán muchas cosas malas y sufrimientos, y dirá en ese día: 'Por cuanto que Dios no está conmigo es que me ocurrieron estas cosas malas'" Deu 31:17  y se encenderá mi furor contra él en aquel día; y los abandonaré, y esconderé de ellos mi rostro, y serán consumidos; y vendrán sobre ellos muchos males y angustias, y dirán en aquel día: ¿No me han venido estos males porque no está mi Dios en medio de mí?

 

Después de mucho sufrir, Israel entenderá por qué es que le ocurrieron los males y finalmente comprenderá que no todo es casualidad y que el mundo tiene Alguien que lo dirige e inevitablemente, para los que Él ama, los males llegan cuando Él se oculta por nuestro pecado y nuestro egoísmo.

 

Encontramos que hay algo extraño en el versículo 17, pues comienza diciendo que como consecuencia de nuestras malas acciones habrán:

 "muchas cosas malas y sufrimientos (muchos males y angustias, RV 1960)"

Pero al finalizar el versículo dice: "y dirá en ese día (en aquel día, RV 1960): 'Por cuanto que Dios no está conmigo es que me ocurrieron estas cosas malas (estos males, RV 1960)”.

 

Lo que al principio del versículo eran "cosas malas y sufrimientos"  al final del son solo "cosas malas”.

 ¿Qué pasó con aquellos "sufrimientos que aparecían al principio"?

 

El Rav Shaj nos explica que cuando a la persona le ocurre algo malo, él no sólo siente el dolor por la cosa mala en sí, sino que muchas veces él también se auto-tortura con preguntas que parten de la impotencia,  tales como: "¿Por qué me pasó esto justo a mí?" o "¿Qué hice yo para merecer esto?".

Desgraciadamente, en la mayoría de las personas, preguntas de esta índole no son más que un grito de dolor y desahogo, y están distantes de ser una expresión de reflexión y toma de conciencia, como debería ser.

 

Y así explica el Rav Shaj las palabras de nuestro versículo: "y los encontrarán muchas cosas malas y sufrimientos" - las cosas malas son las cosas malas en sí, es decir, las calamidades mismas; mientras que los sufrimientos son las consecuencias de esas cosas malas, es decir, todo el sentimiento de dolor que viene por las calamidades mismas.

Este sentimiento de sufrimiento invade a la persona que carece de una verdadera fe en D'os. Pero alguien que es temeroso de D'os y cree completamente en que D'os supervisa y dirige Su mundo decidiendo todo lo que en él ocurre, para esa persona, las cosas malas no se convierten además en sufrimientos, sino que quedan objetivamente en la categoría de calamidades.

 

Y así sentía el rey David que dijo: "Aunque vaya por valles de tinieblas no temeré pues Tu estarás conmigo, Tu vara y Tu bastón serán mi consuelo"(Salmos 23). Puede ser que de vez en cuando nos merezcamos algún golpe-recordatorio (vara), pero eso siempre viene acompañado de una enseñanza y una esperanza que nos ayudará a seguir (bastón).

 

2Es por eso que el versículo termina diciendo: "y dirá en ese día: 'Por cuanto que D'os no está conmigo es que me ocurrieron estas cosas malas”

De momento que la persona comprende que todo lo que le sucedió es porque Dios no estaba con él a causa de sus malas acciones, entonces automáticamente se anulan esos sufrimientos, y él se queda solamente con esas cosas malas.

Esta bella enseñanza del Rav Shaj debe servirnos en todos los momentos y todas las situaciones de nuestras vidas. Preguntas como: "¿Por qué me pasó esto justo a mí?" o "¿Qué hice yo para merecer esto?", no deben ser señales de rendición e impotencia sino un sincero reflejo de querer entender lo que nos pasa para mejorar y cambiar. Entonces, no sólo dejarán de existir los sufrimientos sino también las cosas malas.

Amén.

© 2015 por Fernando Fernández. Creado con Wix.com

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