NUEVOS
ANTIGUOS CONCEPTOS:
EN BUSCA DE LAS RAÍCES
Línea Directa.
Adaptado Por Ff de Rina Levi
La Oración
La tefilá - plegaria o rezo en español - es un aspecto primordial en el Judaísmo (Por lo tanto debería serlo en las demás Creencias que proceden de las Escrituras Sagradas).
Tefilá: Es La acción de dirigirse al Creador y pedirle por nuestro bienestar, es definida en todos los idiomas como "pedido" o "imploración". En cambio, en hebreo esto se denomina "Tefilá", que significa "unión" o "fusión" con Dios.
El Midrash (Parte de la tradición Hebrea) nos dice que hay 13 clases distintas de tefilot, y cada una corresponde a un nivel emocional distinto.
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La llamada riná (alegría): Cuando la persona siente una alegría inmensa que casi no se puede expresar en palabras se comunica con Dios diciendo: "Gracias! Esto es increíble! Mi alma llora de alegría!".
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La llamada pilul, en la cual la persona expresa un deseo profundo de apegarse y conectarse con Dios.
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La más usual es aquella tefilá mediante la cual llamamos a Dios desde un estado de angustia, crisis o desesperación.
Para entender el rezo (oración) debemos analizar la naturaleza del ser humano. Este siempre tiene el sentimiento de que carece de algo. Raramente sentimos que tenemos todo lo que queremos en la vida. Los animales son diferentes, ellos son saciados con lo necesario para vivir y que encuentran en la naturaleza, pero nosotros estamos en un constante estado de preocupación por el presente y el futuro (sin contar la inconformidad por el pasado); la mayoría son por las necesidades materiales, emocionales y espirituales.
A pesar de que somos millones de personas en el planeta, cada uno desea sentir que es único para Dios.
Y ¿por qué Dios creó al ser humano con necesidades en este mundo físico que despiertan este sentimiento? Para obligarlo a que se relacione con Él. Así como dice el dicho: "No hay ateo en la cueva del lobo"; es decir … . Carecer de algo produce un vacío y ese vacío nos lleva a renovar la conexión con Dios.
Algunos patriarcas fueron estériles porque Dios desea la oración de las personas justas". Podríamos pensar que Dios es cruel ¿Porque Él quiere mis rezos u oración entonces me hace sufrir?". No. Él no quiere hacer sufrir al hombre, pero es muy raro que este me comunique con Él cuando todo va bien y no lo necesita para nada. Entonces Él me crea - mediante el desafío - la necesidad de conectarme con Él. Una relación será más profunda si comparto con ella mi dolor, mis preocupaciones, pues así también es con mi relación con Dios.
Que aprendemos de la serpiente que hizo pecar a Javá (Eva) en el Gan Edén (huerto del Edén) la maldición que Dios le dio fue que comería el polvo de la tierra. Las serpientes necesitan el polvo para encontrar el rastro de sus presas, su sustento. Entonces que coma polvo de la tierra no parece aparentemente una maldición para la serpiente, pero como esta no tiene carencias entonces no tiene ninguna razón para dirigirse y acercarse a Dios. En otras palabras, Dios la rechazó al no hacer que lo necesitara y esta es la maldición más grande que pueda tener cualquier ser.
Carecer de algo crea una situación en la cual estoy obligado a dirigirme a Dios relacionándome y acercándome a Él. Entonces, en realidad, mi carencia es una bendición, pues es una señal de Él de que quiere estar cerca de mí.
¿Cómo funciona nuestra plegaria? ¿Puede afectar a nuestro mazal?
Todo rezo (oración o plegaria) tiene gran valor, pues aunque lo que pidamos no fuera otorgado nos ayudó a fortalecer nuestra relación con Dios. Así podemos aceptar y entender que no todo está en nuestro control.
A veces Dios dice "no" a nuestro pedido porque considera que es lo mejor para nosotros en ese momento.
La palabra mazal (mal traducida como suerte) en hebreo significa "algo que fluye del cielo hacia la tierra", algo que Dios envía. A veces Él envía algo que se ve bien a nuestros ojos – (mazal tov), y a veces envía algo que se ve mal – (mazal ra) (a pesar de que en realidad no es algo malo sino que se ve mal a nuestros ojos, pues por nuestro ego solo vemos bien lo que queremos o deseamos). Mazal significa: todo lo que ocurre proviene de Dios. A veces Dios le envía a la persona una dificultad con el solo propósito de que ella ore. Cuando el propósito de la dificultad es ése, entonces el rezo afecta al mazal, creamos la relación que Él desea y la dificultad desaparece.
Pero a veces Dios nos envía una dificultad que será una parte permanente de nuestra vida (una enfermedad… ). Esta dificultad nos refinará, nos definirá, será parte de nuestro destino. En este caso el rezo no cambiará el mazal, sino que aquí nos lleva a aceptar nuestro destino creando una conexión más cercana con Dios, la cual nos ayudará a seguir adelante a pesar del obstáculo. Nosotros no podemos saber qué clase de dificultad está delante de nosotros. No sabemos si es algo temporario o permanente, pero sí sabemos que en ambos casos quiere que le hablemos.
En ambos casos confiamos en Dios, en Tehilim (salmo) 27:14: "Pon tu esperanza en Dios. Fortalece y fortifica tu corazón, y pon tu esperanza en Dios". Se nos dice dos veces que tengamos esperanza en Dios, pero entre los dos mandamientos está la orden de ser fuertes y aceptar. ¿Por qué esta repetición?
Las Escrituras nos inculcan que toda nuestra esperanza debe ser puesta en Dios. Debemos confiar en que Él contestará nuestra plegaria. Si no responde de la manera deseada, debemos rezar otra vez. No debemos bajar los brazos, pues nada es imposible para Él.
Pero si no responde de la manera deseada, debemos aceptar Su Voluntad. Es decir que trabajamos en dos campos al mismo tiempo - confiamos en Él completamente y no bajamos los brazos, pues Él lo puede todo, y también aceptamos que Sus decisiones para con nosotros son correctas, justas y apropiadas (incluso que sean dolorosas), fortaleciendo nuestros corazones.
Cuando nosotros nos dirigimos a Dios con nuestros pedidos estamos expresando nuestro reconocimiento de que Él es partícipe de cada aspecto de nuestra vida. Y para crear una relación cercana debemos orar con emoción y abiertamente, pues no hay nada que no podamos decirle. Él entiende nuestros temores más profundos y nuestros deseos y esperanzas. Él escucha y nos cuida.
Entonces, si nos sentimos vacíos o angustiados es una señal de que Dios nos está llamando. Y si Dios nos está llamando, ¿no deberíamos contestarle?
¿COMO? ORANDO?